El seminario, presentado por la Profesora Consol Aguilar, ha virado en torno a la forma en que hemos construido la concepción de género y cultura en nuestra sociedad. De esta manera, el seminario ha incluido la exposición de innumerables ejemplos, principalmente extraídos de los medios de comunicación, en los que se encasilla de una manera fija el comportamiento y apariencia de lo que es un hombre y una mujer.
Este fenómeno plantea gran cantidad de problemas. En primer lugar, la creación de modelos de apariencia tiene un gran efecto en nuestras y nuestros jóvenes. En primer lugar, genera un descontento general con su aspecto físico, que da lugar a gran cantidad de trastornos psicológicos y alimentarios.
En segundo lugar, elabora una construcción del género que perpetúa la estructura patriarcal y que impone sobre niños y jóvenes un modelo de comportamiento determinado en relación a su sexo. Así, los chicos deben ser duros y aventurados y las chicas deben ser sensibles y pasivas. El desarrollo de este tipo de culturas de género es probablemente parte de las causas que generan el alto índice de violencia de género que tenemos en España.
En tercer lugar, la modelización del comportamiento de hombres y mujeres en nuestra sociedad choca directamente con otros modelos existentes en otras culturas, si que necesariamente aquellos modelos sean mejores o peores. Es por ello que es necesaria una reconcepción del género basada en el diálogo y la superación del patriarcado, permitiendo que cada persona determine en qué punto se siente oprimida. El Feminismo Dialógico o el Feminismo Trasnacional plantean que la superación del patriarcado sea universal, pero los indicadores de la opresión y los objetivos concretos formen parte de cada cultura. Así, a partir del diálogo se podrán llegar a puntos en común, sin necesidad de imponer un modelo predeterminado, que aunque no sea el modelo patriarcal, puede ser igualmente opresor. De esta manera, se intentará no caer en el Feminismo Orientalista, que resulta ser tan nocivo como el machismo o más en la construcción de sociedades libres y pacíficas.
En definitiva es necesario romper los moldes culturales del género e intentar entender la construcción del mismo como algo que forma parte de la idiosincrasia y no del sexo de cada uno. Así, será también necesaria la introducción de nuevas perspectivas de género que vayan más allá del dualismo hombre-mujer y que incluyan la gran variedad de formas de entender las relaciones afectivo-sexuales que hoy por hoy tienen lugar entre los seres humanos.